Aquí nuestro jardín comestible. Para nosotros el paisajismo puede y debe contemplar el aprovechamiento culinario de los espacios verdes. Si miramos con otros ojos nos damos cuenta de que podemos sustituir plantas tradicionalmente ornamentales por otras que, además de su belleza, nos ofrecen multitud de posibilidades. Incluso un pequeño viñedo o un huerto bien planteado pueden convertirse en el centro de atención y admiración si nos abrimos a otra forma de hacer jardinería. Hemos diseñado nuestro jardín con varios espacios inspirados en sistemas agroforestales tradicionales. Y lo hemos llenado de aromáticas que utilizamos como condimentos, como plantas medicinales o para la elaboración jabones y cremas; de arbustos y árboles frutales; de plantas y flores comestibles… Os contamos los usos que nosotros les damos, aunque seguro que hay más.
¡Todo un placer para los sentidos!
Uva espina o grosellero espinoso: los frutos maduros son de color granate y algo agridulces, con un sabor muy especial. Los comemos en crudo y preparamos mermeladas y salsas tipo chutney. Es un arbusto autóctono cuyo nombre local es arcihuembre y los chiquillos, hace más de 70 años, se los comían verdes (¡nada recomendable!).
Grosellas: tenemos rojas, blancas y negras, aunque las rojas casi nunca las llegamos a probar porque se las comen los pajaritos. Las utilizamos en salsas y en mermeladas.
Arándanos: Los utilizamos en fresco (para el yogur y el arroz con leche, según la receta de Berto) y en mermeladas. En Campoo, tierra que llevamos en el corazón, los llaman ráspanos (precioso nombre).
Vid: hace unos dos meses que hemos plantado dentro de nuestro jardín un pequeño viñedo con 15 cepas de moscatel. Las utilizaremos en fresco o desecadas, cuando construyamos un pequeño secador solar. Para almacenarlas: ¡colgadas de las vigas de la despensa aguantan hasta nochevieja!
Fresas y fresones: ¡de mayo a septiembre! En fresco, en batido, en mermelada…
Zarza: esta variedad de zarza da unos frutos más grandes y con menos pepitas que las silvestres. Aunque la mayoría de moras que comemos son las que recogemos en las zarzas del pueblo. Preparamos mermeladas y jarabe para el catarro, cociendo los frutos con agua, azúcar moreno, jengibre y clavo.
Orégano: aunque en nuestro monte hay orégano, preferimos no sobre- explotarlo. Por eso lo cultivamos en el jardín, y así además lo tenemos más a mano. Lo utilizamos como condimento para salsas de tomate, vinagretas, y en infusión para el dolor de garganta.
Mejorana: igual que el orégano, preferimos cultivarla a recolectarla. La utilizamos como condimento para la comida, generalmente para las salsas de tomate, y en infusión para los catarros.
Tomillo: lo cultivamos y utilizamos igual que la mejorana: como condimento para la comida, generalmente para las salsas de tomate, y en infusión para los catarros.
Tomillo de limón: para aromatizar salsas y vinagretas (como su nombre indica, tiene aroma a limón muy especial), y en infusión para los catarros.
Melisa: la utilizamos como condimento para la comida, generalmente para las salsas de vinagreta (tiene aroma a limón), como infusión relajante y para elaborar jabones.
Hierbabuena: para aromatizar el té, como condimento en ensaladas y para preparar una deliciosa limonada (limones de Pilar, azúcar moreno, hierbabuena, agua, hielo y todo batido y colado).
Romero: la utilizamos como planta culinaria para aromatizar guisos, para aromatizar el aceite de oliva y para preparar jabones. Al rodear el huerto de flores también conseguimos que las abejas vengan a vistarnos y obtenemos mejores cosechas. ¡En esta foto podemos ver a una trabajando!
Lavanda: utilizamos las flores para preparar infusiones relajantes, para llenar saquitos de tela que guardamos en los armarios para prevenir la aparición de polillas y para hacer jabones (para ésto último también sirven las hojas).
Albahaca: la de la foto está recién plantada. La utilizamos como condimento, para la elaboración de salsas, de vinagreta, y espolvoreada en fresco sobre ensaladas de tomate de nuestro huerto.
Salvia: En fresco, para acompañar platos de pasta, para la elaboración de salas y vinagretas, y en infusión, para los dolores menstruales (¡cuidadín!no deben tomarla las embarazadas). Nuestro profesor de botánica, Juan Ruiz de la Torre, siempre decía «Nunca habrá de morir quien tenga salvia en su jardín».
Perejil: para las almejas y el rape, ¡cuando viene Pilar con el cargamento de Galicia! Aquí dicen que «quien siembra perejil en mayo tiene para todo el año».
Cilantro: también recién plantado. Lo utilizamos para el guacamole (según la receta de Carmen y Miguel, de México D.F.) y para el ceviche (según la receta del tío Aurelio, de Mar del Plata).
Caléndula: su flor se puede comer en ensaladas y sirve para hacer infusiones digestivas, pero para lo que más la usamos es para elaborar jabones y cremas (con aceite de oliva y cera de abeja ). También elaboramos una mezcla de flores secas de caléndula, aceite de oliva y sal gorda que es estupenda para limpiarse las manos después de trabajar en el huerto o con la leña.
Falso azafrán: este cardillo da unas flores con muchos estambre de color naranja muy vivo, que utilizamos como colorante natural, para el arroz y para el bacalao con pasas.
Saúco: las flores, en infusión, para el catarro, y con los frutos preparamos también un jarabe, igual que el de moras (cociendo las bayas con agua, azúcar, jengibre y clavo). ¡Los frutos no se pueden comer crudos porque entonces resultan tóxicos!
Peral: este peral es silvestre y da unas peritas muy chiquititas pero riquísimas.
Cerezo: creo que este año, igual, podemos probar una (¡1!) cereza, a repartir entre cuatro… Cuando tengamos más las utilizaremos en fresco o mermelada. Aquí os cuento dos trucos de Juana, de Herguijuela de la Sierra. El primero, para las mermeladas: rajar las cerezas y cocerlas con el hueso. Una vez que la mermelada está hecha es más fácil quitarlos. Nosotros no utilizamos los huesos, pero para limpiarlos y utilizarlos para elaborar sacos térmicos (para las cervicales, el lumbago…) lo mejor era dejarlos en la calle, y que las hormigas hagan todo el trabajo.