Cómo hacer un árbol de navidad con un palé

Del árbol vienes y en árbol te convertirás. Y eso es precisamente lo que pensé para las navidades de este año: coger un palé de madera (de todos los que nos sobraron de la obra de nuestra casa) y reconvertirlo de nuevo en árbol. Después de echarle un par de horitas, graparle unas cintas de colores, y colgarle los adornos que sobrevivieron a los ataques del cachorro el año pasado (este año parece que ya va sentando la cabeza, pero qué nerviossssssito nos ha salido el tío) aquí está el resultado. Os dejo el tutorial, por si os apetece hacerlo. Eso sí, como en todos los programas de bricomanía, se requieren algunas herramientas más allá de la segueta, si quieres acabar con tendinitis de muñeca. Y un sitio donde trabajar, si no quieres llenarlo todo de serrín.

 

Pila de palés que aún nos quedan después de la obra. En los pueblos siempre hay montones de alguna cosa con dueño: de arena, de leña, de somieres… en nuestro caso de palés.

Elegí éste porque me hacía gracia la especie de cajita que tenía en la parte de arriba. Creo recordar que era que el que traía la cocina «bilbaína» de leña…

Lo primero fue quitar los trozos de madera que sobran. Aunque los palés normales no tienen este marco.

Y también quitar los clavos y grapas con mucho cuidadito, con la ayuda de unas tenazas, o alicates y un martillo. Ya sabéis, que si se resiste, un clavo saca a otro clavo.

Para marcar por dónde se quiere cortar  se puede usar un tiralíneas de azulete (nuestro pigmento en vez de azul es granate, porque es el que sobró del enfoscado de la casa y el taller). Pero también se puede marcar a mano (con una cera plastidecor funciona muy bien). 

Aquí «hemos» usado la sierra circular para cortar. Tengo que decir que en realidad la ha usado Rafa. Yo la tengo vetada porque soy…¡¡¡SOY ZURDA!!! Y  si utilizo la mano izquierda para coger la sierra (es la mano que se pone atrás) y la derecha para guiar (ésa es la mano que se pone delante), entonces no veo por dónde corto porque me lo impide el cacharrito ese negro que se ve en la foto.Y si utilizo la derecha, entonces igual lo que me corto es la mano. Y no es plan.

Aquí estoy yo lijando, eso sí puedo hacerlo con la izquierda…las lijadoras son más majas que las sierras.

Como el resultado tenía forma de cohete, le grapé unas cintas de colores marcando el contorno…

Después grapé varias cintas horizontales para poder colgar los adornos…

Los peques lo decoraron con pinzas. Literalmente, todos los adornos están cogido con pinzas…

Y listo!!!! Espero que os sirva por si queréis hacer el vuestro

Nuestra receta secreta de remolachas en conserva

Ayer sacamos todas las remolachas del huerto, así que toca domingo de conservas. Os dejo aquí nuestra receta secreta por si os queréis poner manos a la obra.

Lo primero que hay que saber es que es muy importante que para evitar que las remolachas «sangren» durante la cocción (y pierdan la mayoría de sus propiedades) no apuréis al cortar las hojas y que tampoco cortéis la raíz. Al lavarlas también hacedlo con cuidado para no dañar la piel, para evitar cualquier tipo de herida en su piel.  En la foto podéis ver cómo preparamos las nuestras.

Nosotros utilizamos una olla rápida, y las cocemos durante unos 20 minutos, con agua. No hace falta que el agua cubra completamente todas las remolachas (podéis dejar las de más arriba casi sin cubrir).Una vez finalizada la cocción hay que esperar a que se enfríen un poco, y después quitarles la piel con cuidado. Se trabaja mejor quitándosela con las manos cuando aún están templadas, ya que la piel sale casi sola.  A partir de aquí ya tenéis varias opciones: consumirlas tal cual en el momento con un poquito de aceite y vinagre, congelarlas, o hacerlas en encurtido, que es como las preparamos nosotros.

Éstos son los ingredientes para preparar nuestro «caldito secreto» para hacer el ENCURTIDO AGRIDULCE (nosotros hacemos mucha cantidad, pero si hacéis menos, sólo tenéis que mantener las proporciones):

  • 1L de vinagre de vino blanco o vinagre de sidra
  • 750 mL de agua
  • 300 g de azúcar moreno
  • 5 hojas de laurel
  • 1 cucharada de eneldo
  • 2 cucharadas de granos de pimienta (negra, verde, blanca y rosa)
  • 2 cucharadas de semillas de mostaza (TRUCO: si no encontráis, podéis sustituir por mostaza antigua, de la que tiene las semillas enteras)
  • 2 dientes de ajo enteros
  • sal marina gruesa

Hay que poner todos estos ingredientes en una olla (SIN las remolachas) y calentar la mezcla hasta que el caldo hierva un par de minutos. Mientras tanto, vamos cortando la remolacha en láminas medianas (unos 2-3mm de espesor) y llenando los frascos de cristal limpios hasta arriba con la remolacha. Una vez que el caldo haya hervido y cuando está bien caliente hay que ir echándolo en cada frasco hasta que cubra bien todo y cerrarlo inmediatamente, aprovechando el calor del líquido para que se haga vacío. Es importante que las tapas estén en buen estado, sin golpes ni picadas por dentro. Una vez que se enfríe hay que guardarlo en la nevera y en una semana ya está listo para tomar.

OJO: igual que os conté para la receta de mermelada de calabaza, es muy importante que si vais a hacer CONSERVAS (es decir, si vais a hacer bastante cantidad y no la vais a guardar en la nevera)  los frascos  estén esterilizados. El paso de la esterilización es fundamental: hay que hervir frascos y tapas, utilizar sólo tapas en buen estado, envasar con cubriendo la remolacha con el líquido aún hirviendo, cerrar los botes y hervir después, y por último apretar muy fuerte las tapas. Una vez que estén fríos (importante: fríos, fríos, que si están templados se os escapará todo el líquido), hay que poner todos los frascos boca abajo y dejarlos así un día. Cuando los volváis a poner boca arriba hay que escuchar atentamente que no se oye ninguna pérdida de aire y comprobar suavemente con la mano que la tapa está bien cerrada (que no es fácil abrirla). También sirve apretar la parte superior de la tapa: tiene que estar hundida (eso indica que el vacío está bien hecho). Si la parte superior de la tapa se puede apretar fácilmente con el dedo y se hunde y vuelve a subir, entonces ese frasco es para consumo inmediato, no se puede almacenar. En cualquier caso, siempre que veáis una conserva con la tapa abultada, hinchada, hay que tirarla a la basura, por precaución. En este sentido os recomiendo que sigáis las instrucciones que se recogen AQUÍ

Y aquí os cuento otro secreto como premio por seguirnos y por leer hasta el final: esta receta la podéis hacer también con otras verduras y os aseguro que vais a triunfar: pepinillos, zanahorias, pimientos…incluso tomatitos cherry o tomatitos verdes. En la foto podéis ver algunas de las cosas que hicimos el año pasado. Ya os iré contando también sus secretos… ¡Que aproveche!